
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) desarrolló un taller técnico sobre picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), orientado a reforzar las capacidades locales de vigilancia, prevención y respuesta ante el riesgo que representa esta plaga para las palmeras del país.
En la capacitación, el equipo de Protección Vegetal del Centro Regional Corrientes–Misiones del SENASA, abordó los principales lineamientos técnicos para la preparación y respuesta, entre ellos:
Medidas de seguridad y trabajo en altura en palmeras.
Uso adecuado de equipos de protección personal (EPP), señalización y criterios operativos.
Procedimientos para la eliminación o tala de palmeras afectadas, manejo de restos y medidas para evitar la dispersión del insecto.
Criterios para la toma de muestras, inspección y detección temprana en casos sospechosos.
Además, se realizó una actividad de campo, donde se mostró de manera práctica el procedimiento de toma de muestras ante una sospecha, reforzando las herramientas de vigilancia en territorio.
Participantes
Participaron representantes del Ministerio de Producción de Corrientes, Prefectura Naval Argentina, INTA, las áreas de Bromatología, Saneamiento y Producción de la Municipalidad de Monte Caseros, viveristas, la Escuela Agrotécnica, el Ejército Argentino y técnicos del Centro Regional Corrientes–Misiones del SENASA.
Sobre el picudo rojo de las palmeras
El picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) es un insecto originario del sudeste asiático y está considerado una de las plagas más destructivas para las palmeras a nivel mundial. En Sudamérica fue detectado por primera vez en 2022, en Uruguay, lo que representa un riesgo elevado para Argentina debido a su cercanía geográfica.
Los daños son provocados principalmente por sus larvas, que perforan el interior de la palmera formando galerías y debilitando el estípite hasta causar la muerte del ejemplar. El adulto, de color rojizo y entre 2 y 5 cm de longitud, posee un pico curvado característico. Su gran capacidad de reproducción y dispersión lo convierte en una amenaza para palmares urbanos, productivos y especies nativas.




